domingo, 30 de septiembre de 2012

Iusnaturalista vs iuspositivista


La terrible levedad mental que me provoca la iletrada, obscena e interesada política de nuestro país, me lleva a preguntarme ¿De dónde mana el derecho, la justicia? ¿Cuál es la genuina y auténtica fuente de la que procede el mandato imperativo del Legislador? Muchos pensadores y sabios, como Aritóteles, Platón…, se han hecho, a lo largo de los siglos, milenios más bien, estas mismas preguntas.En el Código Civil (CC) de España, en su art. 1.1 podemos leer:
Las fuentes del ordenamiento jurídico español son la Ley, la costumbre y los principios generales del derecho.
Esto es así y además es indiscutible. Pero esta no es, sin duda, la respuesta a la pregunta que yo he formulado, se trata de la respuesta que da nuestro CC a la pregunta que podría hacerse cualquier jurista español a la hora de aplicar un criterio u otro jurídicamente hablando. Yo pretendo ir un poco más allá, es decir, la Ley (y como Ley suprema la Constitución) es la principal norma a seguir, consultar e interpretar y jerárquicamente la que manda sobre todas las demás. Siguiendo este razonamiento podemos concluir que nuestro CC afirma algo que ya hace la Constitución en su art. 1.2 de forma muy clara al afirmar que:
La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.

Esto quiere decir algo que resulta obvio en cualquier democracia, y es que de los ciudadanos españoles nacen las facultades que tienen los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial para actuar y en concreto el Legislativo para legislar o lo que es lo mismo crear leyes, las cuales como hemos visto son la principal fuente del ordenamiento jurídico de España. Por tanto, avanzando en nuestras averiguaciones podemos llegar a la conclusión, como decía antes, de que la fuente primigenia del derecho español, es el propio ciudadano español que da poder a los legisladores para crear leyes.

Esta podría ser sin duda la explicación a la pregunta ¿De dónde mana el Derecho?, podría ser si solo existiese España en el mundo y si el sistema político actual hubiese existido desde siempre, pero no es así ni mucho menos.

Hans Kelsen afirmaba que toda norma emanaba de otra de rango superior así hasta sobrepasar la propia Constitución la cual dependería de una hipotética ley supranacional superior a la de cualquier nación, posteriormente llegó a la conclusión que el Derecho de las naciones manaba del Derecho Internacional.
Lo cual hasta cierto punto tiene toda su lógica y la prueba la tenemos en la sumisión legal de la mayoría de las legislaciones del mundo a la Declaración Universal de Derechos Humanos y a otros muchos acuerdos suscritos por infinidad de países.

Hasta aquí, podríamos decir que confluyen los dos principales hilos pensadores del Derecho, el iusnaturalista y el iuspositivista, con la diferencia de que los segundo se quedan en este punto aceptando por tanto que esta es la verdadera fuente del Derecho, mientras que los primeros, obviamente, no. Es decir que los pensadores iusnaturalistas creen, y yo con ellos, que existe algo superior a una supuesta norma de normas escrita o no, internacional.

El lema de al UNED “Omnibus mobilibus mobilior sapientia” sacada del libro de la Sabiduría, perteneciente al Antiguo Testamento, cap. 7, ver. 24. Que viene a significar "La sabiduría se mueve más que todas las cosas que se mueven". Puede dar una idea del lugar verdadero del que yo creo mana el Derecho, al margen de que uno tenga ideas religiosas o no.
Ciertamente la sabiduría, el conocimiento, es capaz de moverse mucho más que las propias cosas u objetos que físicamente son capaces de hacerlo y es por eso que su grandeza y legitimidad debe ser invariablemente superior al de una idea o pensamiento estático, esté o no, plasmada en un papel. Es por ello que las creencias, los pensamientos y los conocimientos del hombre van cambiando, no sé si evolucionando, y con ello y a posteriori las respectivas leyes.

Por tanto, con este razonamiento ya podemos afirmar que es el hombre el que está por encima de la propia Ley por muy internacional que ésta sea. Es decir que la Ley mana del hombre que es quien la crea y la modifica a su albedrío.
¿Pero y las leyes fundamentales, las generales, tales como el Derecho a la Vida? ¿También manan del hombre? O por el contrario proceden de algo superior, ¿quizás de un supuesto Derecho Consuetudinario?

Si analizamos todo lo que hemos escrito hasta aquí, podremos darnos cuenta de que lo que realmente estamos buscando, lo único que puede responder a nuestras preguntas, es si hay algo común a todos los pueblos del planeta y que se encuentre ahí desde siempre, algo que justifique esos Derechos Fundamentales reconocidos tácitamente por algunos y explícitamente por la mayoría.
La respuesta, vista así, parece ahora simple. Dios, la Madre Naturaleza, Cosmología, el alma, la consciencia humana o incluso, por qué no, los valores elementales que siempre ha poseído el hombre, al menos hasta hoy en día.

Concluyo: El iusnaturalista, gana por goleada desde mi percepción de la vida, ya que no creo, no puedo creer, que la fuente del derecho fluya de un hombre o jurista al crear las leyes que admiten o prohíben un comportamiento u otro. Creo sinceramente que mana de algo superior, pues no es algo individual sino colectivo y no es algo del ahora sino de siempre incluso anterior al hombre, para ello baste observar a los animales que heredaron la tierra mucho antes que los hombres. Su comportamiento fluye, al margen de leyes, de igual manera ahora que antes y su lucha por la vida, por la supervivencia, ha sido, es y será siempre igual.