Para tratar de explicar qué es realmente una democracia, se
hace preciso explicarlo, primero desde un perspectiva etimológica, segundo
desde una visión historicista y tercero desde el punto de vista actual. Qué
duda cabe que no tengo espacio ni conocimientos suficientes como para plasmarlo
todo en un post, por tanto, permítanme que utilice a sabios del pasado que sin
duda lo harán mucho mejor que yo.
Etimológicamente hablando, la palabra democracia proviene,
como ya he explicado en otro post de este mismo blog, del griego demos (pueblo) y cracia
o Kratein
(gobernar), lo que, concretando, viene a ser gobierno del pueblo y cuya
definición más exacta, desde mi modesta opinión, nos la dio Lincoln cuando
afirmó:
Gobierno del pueblo, para el pueblo y
por el pueblo.
Pero heme aquí ante tamaña realidad nada que ver con lo
acontecido en el pasado, pues, si bien es cierto que los mayores defensores de
la democracia, hasta la actualidad, fueron los Atenienses, más concretamente a
partir de Pericles, ya que trataron por todos los medios de extender su
filosofía de gobierno por toda la Hélade, no es menos cierto que la democracia
no hacía referencia concretamente al gobierno del pueblo, sino más bien al de
los ciudadanos, especialmente, un poco más tarde, en la época de la República
romana donde todas las personas que viven en un determinado lugar forman parte del
pueblo, pero en absoluto, todos los miembros del pueblo son ciudadanos.
Tenemos un régimen político que no se propone como modelo
las leyes de los vecinos, sino que más bien es él modelo para otros. Y su
nombre, como las cosas dependen no de una minoría, sino de la mayoría, es
Democracia. A todo el mundo asiste, de acuerdo con nuestras leyes, la igualdad
de derechos en los conflictos privados, mientras que para los honores, si se
hace distinción en algún campo, no es la pertenencia a una categoría, sino el
mérito lo que hace acceder a ellos; a la inversa, la pobreza no tiene como
efecto que un hombre, siendo capaz de rendir servicio al Estado, se vea
impedido de hacerlo por la oscuridad de su condición. Gobernamos liberalmente
lo relativo a la comunidad, y respecto a la suspicacia recíproca referente a
las cuestiones de cada día, ni sentimos envidia del vecino si hace algo por
placer, ni añadimos nuevas molestias, que aun no siendo penosas son lamentables
de ver. Y al tratar los asuntos privados sin molestarnos, tampoco transgredimos
los asuntos públicos, más que nada por miedo, y por obediencia a los que en
cada ocasión desempeñan cargos públicos y a las leyes, y de entre ellas sobre
todo a las que están dadas en pro de los injustamente tratados, y a cuantas por
ser leyes no escritas comportan una vergüenza reconocida.
(Parte del Discurso Fúnebre de Pericles)
Hay tres formas de gobierno, e igual número de
desviaciones, que son como corrupciones de aquéllas. Las formas son la realeza
y la aristocracia, y una tercera basada en la propiedad, que parece propio
llamarla timocracia, pero que la mayoría suele llamar república. La mejor de
ellas es la realeza y la peor la timocracia…
…De la timocracia se pasa a la democracia, pues ambas son
limítrofes; en efecto, también la timocracia puede ser un gobierno de la
multitud, y todos los que tienen propiedad son iguales. La democracia es la
menos mala de las desviaciones, porque se desvía poco de la forma de república…
…La democracia se encuentra, principalmente, en las casas
donde no hay amo (pues en ellas todos son iguales), y en aquellas en que el que
manda es débil y cada uno tiene la posibilidad de hacer lo que le place…
(Ética Nicomáquea – Aristóteles)
Esto en cuanto a la época clásica, pero si avanzamos hasta
el renacimiento, pues entre medias solo existe un páramo de libertades, nos
encontramos con uno de los hombres que más han marcado el devenir de los
Estados actuales, Maquiavelo:
Todos los
Estados, todas las dominaciones que han ejercido y ejercen soberanía
sobre los hombres, han sido y son repúblicas o
principados…
…En las
repúblicas, en cambio, hay más vida, más odio, más
ansias de
venganza. El recuerdo de su antigua libertad no les concede, no puede
concederles
un solo momento de reposo. Hasta tal punto que el mejor camino es
destruirlas o radicarse en ellas…
(El
Príncipe — Nicolás Maquiavelo)
Para Maquiavelo el principado se corresponde con
reino y la república con Aristocracia
y Democracia.
No me es posible
extenderme mucho más, aunque no cabe duda que el tema es lo suficientemente
complejo y que, por tanto, sería preciso para aclarar mejor el concepto de
democracia. No obstante no quiero finalizar sin precisar la concepción de
democracia de hoy en día ya que si bien es cierto que la concepción de ésta en
nuestro tiempo parece más justa, pues alcanza a todo el pueblo mayor de edad y
sin ninguna limitación política, no es menos verdad que la democracia real está
aún algo lejos de ser alcanzada debido, fundamentalmente, a que una democracia
representativa como la que tenemos no es exactamente una democracia pura. Es
cierto que en una población de unos cuarenta y cinco millones de personas, como
la española, no es fácil llevar a cabo una democracia directa, pero parece
fundamental hacer comprender a nuestros representantes que no es imposible,
pues, la tecnología actual, por medio de la telemática e informática, lo hace
mucho más posible y real. Algo que no se ha de descartar, más bien al
contrario, se ha de implantar con el fin de que las decisiones más
transcendentales del país, sean tomadas, no por la partidocracia actual que nos
dirige, sino directamente por el pueblo.