sábado, 10 de noviembre de 2012

Instituciones útiles o no útiles

Viene siendo habitual, en los últimos tiempos, que algunos miembros de la sociedad hagan valoraciones gratuitas y más bien poco razonadas, sobre la conveniencia o no de unas u otras instituciones, algunas de estos miembros son la clase llana, los cuales en muchos casos son influenciados directamente por las opiniones sesgadas en interesadas de determinados políticos, periodistas y demás individuos con capacidad para influir en los pensamientos de los más timoratos del país, este adjetivo, por desgracia, alcanza a un gran número de personas dentro de la nación.
Se escucha repetidamente, como si se tratase de un mantra, que si el Senado no sirve para nada, que si las Diputaciones deberían desaparecer, que si el Tribunal Constitucional está politizado y no tiene función alguna ya que hacen lo que los políticos que les han situado allí les mandan…

En fin, barbaridad tras barbaridad y una detrás de otra sin solución de continuidad. Como sigamos así, terminamos como Artur Mas diciendo que lo que no es necesario es el propio Estado o España más concretamente. Analicemos, pues, estas tres instituciones, ya que hacerlo con otras que también suenan como prescindibles, tales como la monarquía, nos llevaría toda una vida.

El Senado. El Senado es la Cámara de representación territorial. Art.69.1 CE. Esto quiere decir que sin el Senado, las CCAA, las Provincias y sus municipios, no tendrían ni voz ni voto. ¿Por qué? Muy fácil, porque España en un Estado regional, como ya hemos aclarado en otro post de este mismo blog, y por tanto al no ser un estado unitario o simple no es práctico ni útil un Estado unicameral ya que de este modo, como ya he dicho, los distintos territorios del país no tendrían representación en las Cortes y aunque se pudiese articular un sistema, no sería ni mucho menos optimo, sería preferible modificar el estado regional a estado unitario. Algo imposible hoy por hoy y por lo demás más bien poco probable en un futuro.

Otra cosa bien distinta es si se debe modificar el sistema de elección de los Senadores, ahí hay mucha tela que cortar y quizás yo podría estar de acuerdo con esa posible modificación. Ahora bien, el Senado es imprescindible para el correcto funcionamiento de un país articulado territorialmente como el nuestro.

Las Diputaciones Provinciales. Digo yo, que si hubiese que eliminar alguna administración debería ser la de las Comunidades Autónomas y no las provinciales ya que estas últimas son muy anteriores, cronológicamente hablando datan del 1812, y superior en cuanto a importancia para el ciudadano ya que La provincia es una entidad local con personalidad jurídica propia, determinada por la agrupación de municipios y división territorial para el cumplimiento de las actividades del Estado. Art. 141.1 CE. O lo que es lo mismo, el ayuntamiento y la provincia han de ser los más cercanos al ciudadano y de hecho lo son. Por tanto son indiscutiblemente las que solucionan realmente los problemas de los individuos. Pero al margen de todo esto, y sin pretensión de eliminar a ninguna de las instituciones, la provincia es necesaria entre otras cosas porque son las que verdaderamente representan al ciudadano y las que velan por el cumplimiento de los intereses de éstos. ¿Dónde? En el Senado, naturalmente: En cada provincia se elegirán cuatro Senadores por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto por los votantes de cada una de ellas, en los términos que señale una Ley Orgánica. Art.69.2 CE. Por tanto, queda claro que el Senado es imprescindible para que los Senadores elegidos en las Provincias, y en las CCAA, puedan trasladar a las Cortes Generales las necesidades, inquietudes y problemas de los ciudadanos. De otro modo la distancia entre el pueblo y los Poderes del Estado sería inalcanzable. Ahora bien, otra cosa muy distinta es si es preciso modificar ciertas partes del entramado de las diputaciones provinciales, eso es harina de otro costal en el que no pienso meterme, al menos hoy.

El Tribunal Constitucional. Quizás la discusión sobre el Tribunal Constitucional sea lo más lacerante y sangrante de todas estas cuestiones. ¿Pero quién demonios puede criticar a una institución cuya legitimidad viene dada por el pueblo, Título IX de la CE, votada por éste por mayoría? ¿Cómo es posible que individuos cuyo CI equivalente al de una gallina, también son ciudadanos y su opinión cuenta igual que su voto, cómo es posible, como digo, que éstos, algunos de la clase política, critiquen las decisiones de unos Magistrados que, en general, son mejores que los demás? Porque un Magistrado del TC es: Los miembros del Tribunal Constitucional deberán ser nombrados entre Magistrados y Fiscales, Profesores de Universidad, funcionarios públicos y abogados, todos ellos juristas de reconocida competencia con más de quince años de ejercicio profesional. Art. 159.2 CE. Esto es, no solo profesionales reconocidos y consagrados sino que además ejercen una de las profesiones, por no decir la que más, más complejas de alcanzar, la judicatura. ¿Y quién lo critica? Pues un político que lo mismo no ha terminado ni la universidad, pienso en uno en concreto, o el bachiller, pienso en una en concreto del mismo partido que el anterior. Otros, en cambio, en su legítima ignorancia, no me refiero a políticos o periodistas cuya ignorancia es inexcusable, afirman que el Tribunal Constitucional está deslegitimizado por ser un estamento político, es decir, es elegido por los políticos: El Tribunal Constitucional se compone de 12 miembros nombrados por el Rey; de ellos, cuatro a propuesta del Congreso por mayoría de tres quintos de sus miembros; cuatro a propuesta del Senado, con idéntica mayoría; dos a propuesta del Gobierno y dos a propuesta del Consejo General del Poder Judicial. Art. 159.1 CE. Lo cual, en cierto modo es verdad, pero es que este tipo de tribunales han de ser así. Se da la circunstancia que cuando Hans Kelsen definió al Tribunal Constitucional, el mismo que tenemos casi todos los países continentales europeos, lo definió como lo que es: Un ente jurisdiccional político. Pues naturalmente que ha de ser político, pero al mismo tiempo independiente. A de ser político porque el modo de evolución de una constitución ha de ir en función de la interpretación que se haga por parte de los magistrados del TC de un artículo o de parte de éste, será distinto en función del momento histórico que se viva, dependiendo de lo que la mayoría vote para que les gobiernen así será lo que el país cree que es justo y necesario para éste. Tan obvio y evidente como que tres más tres son seis. Todo lo anterior no significa que no sea preciso pensar en modificar algo del Tribunal Constitucional, es muy posible que así sea, pero plantear su supresión es tan absurdo como pedir al Congreso que se eliminen los impuestos.

Concretando, lo único que sobra en este país son idiotas y lenguaraces, que tenemos tantos como el oro y la plata que se trajo España de las Américas, que decían que si se fundía, con él se podría haber hecho un puente entre los dos continentes. Para que una institución sea útil lo que hay que hacer es convertirla en funcional y operativa. Sin duplicidades con otras instituciones, sin gastos inútiles, eliminando funciones que nada tienen que ver con su verdadera utilidad y propósito primigenio, y sobretodo y ante todo, han de ser un instrumente de mejora para el pueblo y en ningún caso para políticos, amigos de éstos y demás chupópteros que suelen vivir de y por esa institución. En definitiva, han de servir exclusivamente para el fin con el que han sido creadas y nada más.

Si algo no funciona bien lo que hay que hacer es arreglarlo, no creo que a nadie se le pase por la cabeza tirar su coche al desguace por el hecho de haber pinchado una rueda, digo yo que lo normal es arreglar la rueda y a seguir funcionando. Es más, nadie tiraría tampoco la rueda, lo normal es arreglar el pinchazo y se acabó el problema. Pongo esta analogía para que se pueda entender como algunos, como el presidente de Cataluña, quieren tirar directamente el coche y otros como los que dicen que no son necesarias determinadas instituciones, lo que quieren es tirar la ruedas sin siquiera tratar de arreglar el pinchazo. No sé si me he explicado amigos.

1 comentario:

  1. Sintetizar algo tan complejo en tan pocas palabras debería ser merecedor de algún premio. Enhorabuena, tu claridad es supina y gratificante. En España existen muchos probles, pero quizás el más importante es el de la estulticia que abunda por doquier.

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